Contractura Muscular: Síntomas y causas

Si los fisioterapeutas tenemos que enfrentarnos en la consulta a algún tipo de problema de forma común, las contracturas ocupan sin duda el primer puesto. Haciendo un cálculo aproximado de los últimos 10 años, me atrevería a decir que representan prácticamente el 80% de las consultas. Intuitivamente, cualquier persona sabe que es una contractura muscular, se trata de una condición del músculo muy prevalente, pero debemos descartar la idea de una bola o un nudo que se forma en una parte del músculo.

¿PERO QUÉ ES UNA CONTRACTURA?

Como su nombre indica, este tipo de lesión se provoca cuando el músculo o alguna de sus fibras se contrae de forma continuada e involuntaria, provocando una tensión constante. La evidencia científica actual nos dice que el músculo suele afectarse en gran parte de su extensión y la mayoría de casos que me encuentro se tratan de músculos que tienen a ser débiles o que se les exige un trabajo constante y repetitivo para los que no han sido entrenados.

Hay algunos síntomas que debemos indentificar:

  • Dolor
  • Limitación del movimiento
  • Rigidez de la zona

Causas de una contractura muscular

Aunque el tipo de contractura más común es el de las diferentes zonas de la espalda. Es importante indicar que una contractura puede producirse en cualquier músculo del cuerpo por causas diversas. Todas ellas, están condicionadas por la salud del músculo, la actividad que se requiere, el tiempo en una misma postura y su capacidad de realizar un mismo movimiento durante horas.

Aún, así, habitualmente, los fisioterapeutas consideramos como causas de una contractura muscular la siguiente clasificación:

  • Contracción mantenida: esta causa está muy relacionada con la realización de esfuerzos o deporte. Aunque también es común en personas que trabajan en oficinas y permanecen en una misma postura durante muchas horas.
  • Contracciones repetitivas: contracciones musculares breves y repetidas en el tiempo pueden llevar a la aparición de los síntomas si se produce por encima de la resistencia del músculo.
  • Tensión psicológica o emocional: En este punto, la mente se une e influye en el cuerpo. En los últimos años, con el aumento del nivel de estrés con el que vivimos, cada vez son más comunes que el estado emocional de excitación constante derive en un aumento del tono muscular que se mantiene en el tiempo. Especialmente frecuente es la reacción de elevar los hombros siendo los músculos trapecios los damnificados en este supuesto.
  • Posturas antiálgicas: este es un tipo de contractura por una posición mantenida, Esto es debido a que se producen cuando la postura que se mantiene es a consecuencia de tratar de escapar de una postura dolorosa.
  • Sedentarismo: como en todo, el exceso y el defecto tienden a ser malos. Si el exceso de trabajo para los músculos puede provocar este tipo de lesión, la falta de él puede derivar en una atrofia del músculo y, en consecuencia, pérdida de volumen y aparición de contracturas.
  • Frío: ante el frío, nuestro organismo se pone en tensión para entrar en color, se produce una vasoconstricción que se traduce un menor aporte sanguíneo al músculo.

Prevenir las causas de contractura muscular

Como dice el refrán, siempre es mejor prevenir que curar. En el aspecto de la salud muscular, aunque es complicado evitar la aparición de contracturas para siempre, ciertos consejos preventivos pueden ayudar a que su frecuencia sea menor.

En caso de hacer deporte, es esencial calentar bien los músculos antes de la práctica deportiva. Así el músculo se va preparando para la acción. También es muy importante llevar a cabo una correcta práctica de flexibilidad y regular correctamente la intensidad del ejercicio. Al terminar la práctica deportiva es esencial dedicar unos minutos a un correcto estiramiento muscular.

Mantener correctas posturas, en el trabajo o en la cama, es esencial para evitar generar malas posturas que puedan provocarnos dolores por culpa de forzar a nuestra musculatura a malas posiciones que generen tensiones.

Del mismo modo, en entornos laborales es esencial cambiar de postura. En caso de trabajos estáticos, realizar pausas y estiramientos de forma habitual. Para trabajos repetitivos, es fundamental estirar la parte que lleva mayor peso en ellos cada 2 horas al menos por 3 a 5 minutos.

Luchar contra los síntomas de una contractura muscular

Cuándo se producen las contracturas musculares, lo ideal es tratarlas con la mayor brevedad posible con el fin de evitar sufrimientos innecesarios que perturben la calidad de vida de cada uno.

En ocasiones, si la contractura es pequeña puedes solucionarla en casa aplicando calor o automasajes. El calor es una de las mejores formas de relajar los músculos y, por lo tanto, deshacerte las contracturas.

Para los casos más complicados, en los que no se consigue recuperar la salud de la zona, es importante ponerse en la mano de un profesional que te pueda ayudar y asesorar correctamente.

Tienes contracturas: Ponte en manos de un profesional

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