El ejercicio terapéutico es un servicio de fisioterapia dirigido a personas que sufren algún tipo de dolencia que limita sus funciones de movimiento. Este tipo de ejercicio ayuda a mejorar las condiciones físicas como la fuerza, estabilidad corporal o el mantenimiento de la postura adaptados a la dolencia de cada persona para que poco a poco pueda recuperar su vida y movilidad previas.

LAS CLAVES DE ESTA TERAPIA

Desde mi punto de vista, un entrenamiento dirigido a recuperar las funciones normales del cuerpo, debería cumplir siempre con varias condiciones. De no hacerlo, se corre el riesgo de que no resulte adecuado y provoque más problemas de los que se pretenden solucionar. Estas condiciones son:

  • Siempre debe estar planificado de manera personal y adecuada.
  • Las sesiones deben de desarrollarse con estricta supervisión por un profesional de la fisioterapia.
  • Tiene que existir una valoración previa del paciente e irse adecuando la rutina de trabajo funcional poco a poco según el paciente avance.
  • La comunicación entre el fisioterapeuta y el paciente, al igual que en cualquier otro tipo de terapia, es básica.

En Fisio Hermes llevo más de 15 años cuidando estas 4 claves con una amplia variedad de pacientes a los que he tratado a lo largo del tiempo. Lo que me ha hecho contar también amplia experiencia diseñando e implementando toda clase de rutinas de ejercicio terapéutico.

¿QUÉ ES EXACTAMENTE EL EJERCICIO TERAPÉUTICO?

Este tipo de terapia es uno de los fundamentos de la fisioterapia. Consiste en realizar diferentes clases de ejercicios adaptados y planificados para cada paciente. A través de estas rutinas, se activan y ejercitan diferentes partes del cuerpo. Buscando tanto mejorar el estado fisiológico general como recuperar la función de diferentes partes del cuerpo tras una lesión o enfermedad. Por esa necesidad de personalización para cada paciente, este es un tipo de entrenamiento que puede estar centrado en la movilidad general del cuerpo o en una parte de este, pongamos por ejemplo, un codo o una rodilla.

El ejercicio terapéutico busca unos objetivos claros y personalizados para cada paciente. Algunos de los más comunes son: mejorar y recuperar la función física del paciente, ayudar a mantener la forma física, recuperar capacidades que se han visto reducidas, prevenir la pérdida de capacidades motrices causadas por diversas enfermedades e, incluso, el puro mantenimiento del cuerpo.

LOS BENEFICIOS DEL EJERCICIO TERAPÉUTICO

Una correcta terapia de esta clase permite lograr sus objetivos y además ofrece una larga serie de beneficios gracias a los que junto a la recuperación funcional se convierte en uno de los pilares de la fisioterapia. Algunos de estos beneficios son:

  • Ayuda a acelerar la recuperación tras una lesión.
  • Aumenta la movilidad del paciente y su fuerza.
  • Mejora el estado del aparato locomotor.
  • Permite desarrollar una mejor postura, disminuyendo con ello el riesgo de lesiones o dolores incómodos como las contracturas.
  • Como implica un ligero agotamiento y una mejor postura, contribuye a una mejor calidad del sueño.
  • Ayuda a liberar substancias químicas como serotonina y endorfinas, lo que mejora el estado de humor.
  • Disminuye la grasa debido a que, aunque guiado por un profesional, no deja de ser ejercicio.

Como puedes observar, el ejercicio terapéutico está ampliamente recomendado para un gran número de personas. Aun así, hay que tener en cuenta que también tiene sus contraindicaciones. Debido a la gravedad de ciertas lesiones y enfermedades se recomienda no practicar este tipo de ejercicio. Por ejemplo, no está indicado para personas que han sufrido una fractura en los últimos 3 meses. Tampoco se recomienda realizarlo en personas que sufren afecciones cardíacas graves.

Por esta razón, como siempre recomiendo, es esencial que antes de acudir al fisioterapeuta consultes primero con tu médico, para que realice un primer diagnóstico y recomiende o no una terapia fisioterapéutica.